Caminata Matutina

- Buenas, ¿tienes cigarrillos?

Con esa frase he empezado mi día los últimos tres años, vagando por la ciudad en busca de un lugar al que pertenecer.

Día a día, voy recorriendo la misma ruta gris rumbo a la universidad, quizás si perteneciera a un lugar, seria este, un ambiente apartado del resto donde la diversidad y la libertad están a flor de piel. No creo que busque libertad, estando sometido me siento más tranquilo, pero si busco un ambiente intelectual, un ambiente apartado del resto de la ciudad, un lugar donde lo gris concepción se viva tranquilo y no entre lagrimas de pobreza y preocupación.

Al salir de la pensión el frío aire matutino me despierta, despierta mis ansias por el cigarrillo, mi fiel amigo que espero selle mi destino. Me dijeron que fumaba por gusto, me dijeron que fumaba porque me hace mal, toda la razón tienen, no me agrada su olor, menos su sabor, pero tener conciencia de que me mato a vista y paciencia de los demás es lo que me agrada de él.

Acercándome a la universidad me encuentro con mis compañeros, mis amigos, mi familia, hace cuatro años que los conozco, hace cuatro años que ellos creen conocerme, pero lamentablemente sobre mi mismo ni yo tengo conciencia. Avanzamos juntos rumbo a la biblioteca empujados por una suave brisa otoñal, ese viento que te llama a guarecerte tras su frío toque. Reímos, estamos felices recordando lo que hicimos ayer, evocando vivencias pasadas, trayendo al presente emociones antiguas, emociones que hemos compartido, nos preparamos para entrar ala biblioteca, nos proyectamos a nuestro segundo hogar, ya que ahí es donde pasamos la mayor parte del día, de la semana, de los años que llevamos estudiando, aquí en la biblioteca es el lugar donde nos encontramos con nosotros mismos, donde por medio del estudio somos capaces de escucharnos, de tomar conciencia sobre lo que pensamos, quizás sea en este lugar donde dejamos nuestro tiempo, nuestra vida, pero sigue sin ser el lugar al que pertenezco.