martes, diciembre 21

Reescribiendo Pasos


La luz en tu sombra
Silbido sonriente del viento
Irreversible el sol de tus cabellos
Bailando a tus rezos
Voz clamando por voz
Recitando en esos valles dormidos
Gritando por todas sus partes.

El frío de tus manos
Tu cuerpo desnudando el alma
Vistiéndose de sus pasos
Ahogándose en tu reflejo
Escapando, corriendo y bailando
En el suelo, en la luna, en las estrellas
Acompañando tu propia marcha.

Se cruzan sus espejos ausentes
Perdiéndose la forma de los reflejos
Mutando, inmutando, bebiendo sedientos
De cuerpos, de soles y tormentos.

Buscando tras recuerdos
Las imágenes nuevas del firmamento
Cayendo por subidas de caídas estropeadas
Escaleras vienen en la piel
Escaleras que se hunden en el mar de tu ser
Se pierden como las aves ciegas que de lejos solo pueden ver
Ese amor perdido sin luchar, que se sabe nunca se podrá tocar
Amores posibles de un solo ser
Relaciones imposibles de dos que solo se tocan
dejando de creer en corazones acaramelados
Mellados de tiempo por tiempo
Oxidados tardíos perdidos en el querer.

jueves, diciembre 16

Carrera


- Aló?
- Hola...
- Marie! hola ¿como estas?, oye qué pas.. - espera-
- Te veo a las 10 en la plazoleta
- Eh!?, oye?... Marie?, sigues ahí?

Presurosa marcha fría por la tarde muertecina de la ciudad, sabor a café, olor a hambre de tardes de libros, ahogados en mar de letras, frío de invierno, la gracia proveyó nubes sin lluvia, excelente ambiente de caminata y fotografía, terrible para conversaciones de espinas y lenguas afiladas.

9:45 pm. Correr en busca de ella. Menos mal que conocía sus rutas, sus lugares de la ciudad, lugares que ellos mismo habían inventado, lugares especiales como tantos otros, esos rincones detrás de un comercio, esquinas bulliciosas o recuadros en la ruta guarecidos de la lluvia por un anuncio, sitios especiales creados por uno mismo, sitios a los que te encuentras ligado, encadenado a recuerdos, quizás termine siendo una herida más ese sitio o más bien puede ser la llave de esos venenos que llevamos encima.

10.01 pm. El corazón agitado tras correr en casi 16 minutos los 45 de distancia, la larga distancia que solo por ella recorre, que solo por ella corre, que solo por ella.

La noche la ocultaba y su vista agitada que apenas le permitía distinguir las sombras no podía dar con su silueta, distinguir la silueta tan bien conocida. De pie en la plazoleta, apoyados en los arboles, apreciando la escena gastada de la vida recién abierta, recién salida de los paquetes nuevos de cada día, la música que él escuchaba lo tenia ya sordo, le dolían los oídos de manera poco sana, pero era preferible ese dolor que permitirle a la duda invadir sus profundos, Rancid a todo volumen para apaciguar sus "por que?", y sus "que sera?", era mejor no esperar nada y no pensar en aquello, siempre se lo repetía. A 2 metros de él con la mirada baja, ojos lagrimales, quizás había llorado toda la tarde, muerte ante aquella mirada, ante su estado, respiro profundo de ambos. Una boina color fresa y un abrigo al tono, hermosa, la visión de ella era perfecta, demasiado bella para perderla en la memoria, para guardarla en los recuerdos que se alteraran por las emociones, necesitaba mantenerla eterna en una fotografía pero debido a la presurosa marcha no tomo la cámara, no tomo el cofre de sus recuerdos que día a día le demostraba lo real de los días, las formas sin pulir y sin gastar por sus delirios.

El olor a noche se infiltro en sus adentros, dos paso, sus brazos sobre los hombros de ella, las miradas se cruzaron indiscretas, "por qué me querías ver?" era la pregunta que debía de ser disparada en ese momento, en ese cielo y esa noche, "por qué me querías ver?" era la pregunta que debía de ser respondida en ese momento, pero no ocurrió, no nació, solo abrazados, entrelazados destruyendo y dando vida a todas las preguntas y dudas incesantes que podrían surgir se quedaron disfrutando la noche, acompañados del silencio de las plazas bañadas con la luna invernal de la ciudad dispuesta a dormir.

lunes, diciembre 6

Duda Envenena Las venas

Viernes con sabor a viernes, el sabor del descanso pospuesto, pateado a través de los demás días ahorrados de cansancio, y sueños gastados en estudios de él, de ella misma e incluso una que otra vez el estudio profano del "nosotros".

Sabor amargo al fondo de la boca, cigarrillos al principio del gusto, el beso y la lengua, cigarros baratos que intoxican su sangre, la consumen. Esa droga, droga barata como el Amor, es Amor lo que va en las venas y pudre, envenena sus pulmones, su dependencia más marcada, Amor perfume de rosas rojas, chocolates, tardes de parques y sol de laguna, olor a Amor desesperado, sabor de labios que seca la garganta, ahoga a la bella muchacha piel de flores amarillas, ausente de mirada, que fuma mintiéndose, engañando a sus pulmones para que crean que la nicotina es la que los enferma y no un insostenible Amor de flores lo que le quita el aliento, la enferma y sana, sublime gesto perdido tras los ojos llenos de alegrías y muertos en tristeza palpitante atrás de ellos. Duda-pendiente, con añoranzas de visión, ya cansada de estar ciega por el veneno, dulce veneno vino añejo que embriagada la tiene, envenenada, posesa de si misma, cegada.

Se implanto el corazón en su pecho, gestándose ya esta, hambriento grita desanimado, ahogado por el puño agobiado de su carcelera, que lo encierra, sesga sus alas purpureas con aroma a vuelo y sueño, con aroma a esperanza fría suspirante, con Amor al fin.