Cae, cae
Deja al viento
Permanecer en silencio
Que la agonía nos inspire
A pensar, despertar un nuevo día
Que lo rojo de tu conciencia
Te acompañe de la mano
Fuerte bien tomada
Por los ríos de la experiencia
Y al atardecer de la vida
Con una nueva
Pero sarcástica elogia
Despídete, despidámonos de esa alegría
Malgastada en copas
Sucias llenas de envidias
Convertidas, transformadas, podridas
Pero unidas sin razón
A nuestro casi ausente corazón
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