sábado, enero 29

¿A Que Te Sabe La Noche?

Caminaba perdido en busca de una estación, una ultima estación que me saque de estas tierras, las fogatas de alcohol acumuladas en las piernas, las que me quemaron lentamente durante toda la noche me juegan en contra, se me ha complicado bastante la ruta, como que se ha alargado el camino desde que salí de ese hermosamente horrendo lugar hasta acá, la linea férrea misma, vientre de acero hirviendo que espero me lleve a un sitio desconocido, me traiga un poco de paz, claro consideremos todos los tipos de paz, todos los hechos apagados ya se sucedieron de forma extraña y repentina, como siempre ni siquiera alcance a enterarme de ellos, solo me reventaron la cara y caí de espaldas al suelo, agonizante mi mirada perdida en la de ella, estaba en el techo estoy seguro, estaba en el vaso, en el baño, en los arboles que ahora se mueven con el frío viento de la madrugada, esta su cara bella en el sol que todavía no sale, que se oculta en sus ojos y se pierde en su vientre, en el mio. Miro hacia abajo, veo mis pies, tanto han caminado, tanto han corrido por mi que debería de dejaros libres, dejar que crezcan sus alas y libres vuelen por mi, que lleguen hasta el cielo y que nunca caigan, que nunca vuelvan a tocar este suelo y que nunca más se quemen en las fogatas alimentadas por Ron que los limitan y atan. Ya definitivamente perdido, vagando en la ruta, ruta soledad, ruta vieja, ruta amistad, todas las rutas, vagando y perdido, perdido y sin más nada empece a recordar todos los rostros amables que me dieron una dirección y un lugar al que llegar, todas las manos que me permitieron estar, aunque sea por breves atropellados momentos, redundantes adjetivos y variados calificativos para la misma comida, el mismo cálido sentimiento que apago de vez en cuando por miedo a perderlo, quizás debía de haberlo cogido y guardado en mi refrigerador, preparándome un poco de él cada mañana y así disfrutarlo siempre con el sol nuevo, con el sol esperanzado.

Ya por fin empezaba a salir el sol, lento, venia cansado como si no hubiera dormido esta noche y hubiera caminado lo mismo que yo en busca de él, quizás nos buscamos y de espalda nunca nos encontramos, ya habían pasado 3 trenes cuando llegue a la estación, 3 trenes que no me vieron y que al igual que yo venían en busca de carros y habían recorrido la linea solo para llenarlos con su presencia, con su olor a noches, con todos los olores posibles para estas.

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